Generalidades sobre el cáncer de piel
El cáncer de piel es el tipo más frecuente de cáncer y suele aparecer en áreas expuestas a la luz solar. La incidencia es mayor en los trabajan al aire libre, deportistas y quienes gustan de tomar sol, y es inversamente proporcional a la cantidad de pigmentación melánica de la piel; los individuos de piel clara son los más susceptibles. Los cánceres cutáneos también pueden desarrollarse después de años de tratamiento con rayos X o de exposición a cancerígenos .
Las formas más frecuentes cáncer de piel son:
El carcinoma basocelular es una pápula o nódulo superficial, de crecimiento lento, que deriva de determinadas células epidérmicas. Los carcinomas basocelulares se originan en los queratinocitos que están cerca de la capa basal, conocidos como queratinocitos basales. Las metástasis son raras, aunque el crecimiento local puede ser muy destructivo. El diagnóstico se realiza por biopsia. El tratamiento depende de las características del tumor y puede incluir el curetaje y la electrodisección, la resección quirúrgica, la criocirugía, la quimioterapia tópica y, en ocasiones, la radioterapia o farmacoterapia.
El carcinoma epidermoide es un tumor maligno de los queratinocitos epidémicos que invade la dermis; suele aparecer en las zonas expuestas al sol. La destrucción local puede ser extensa, y en estadios avanzados puede haber metástasis. El diagnóstico se realiza por biopsia. El tratamiento depende de las características del tumor y puede incluir curetaje y electrodesección, resección quirúrgica, criocirugía o, en ocasiones, radioterapia.
El melanoma maligno deriva de los melanocitos en una zona pigmentada (p. ej., piel, mucosas, ojos, ). Las metástasis se correlacionan con la profundidad de la invasión dérmica. El pronóstico es malo cuando la enfermedad se disemina. El diagnóstico se realiza por biopsia. La resección quirúrgica amplia es el tratamiento de elección para los tumores operables. La enfermedad mestastásica requiere quimioterapia sistémica, aunque es difícil lograr la cura.
Muchos cánceres cutáneos parecen estar relacionados con la exposición a los rayos ultravioleta (UV), por lo que deben tomarse varias medidas para limitarla.
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Evitar la exposición al sol: buscar las zonas de sombra, minimizar las actividades al aire libre entre las 10 am y las 4 pm (cuando los rayos del sol son más fuertes), evitar tomar sol y el uso de camas solares.
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Uso de ropas protectoras: camisas de manga larga, pantalones largos y sombreros de ala ancha.
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Uso de pantalla solar: al menos factor de protección solar (FPS) 30 con protección UVA/UVB de amplio espectro, usado según las instrucciones (reaplicar cada 2 horas y luego del baño o de sudar en forma profusa); no debe utilizarse para prolongar la exposición al sol.
La evidencia actual no es suficiente para determinar si estas medidas disminuyen la incidencia o la mortalidad por melanoma; en los cánceres cutáneos no melanomas la protección solar disminuye la incidencia de cánceres nuevos.
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